En la entrada anterior, hubo
una breve referencia a lo que significó el proceso de desindustrialización,
iniciado en la década del setenta y profundizado a partir de los noventa en
Argentina. En aquel momento, estudiar una carrera relacionada a las ciencias
duras supuso en muchos casos el fenómeno que se conoce como “fuga de cerebros”,
que alcanzó su punto álgido a partir de la crisis de 2001.
La flexibilidad laboral, la
desregulación de los mercados y la privatización de empresas, fueron algunos
factores claves para que la oferta laboral se concentre mayormente en el área
de los servicios, y le reste importancia a los sectores primarios y
secundarios. De acuerdo con un informe
difundido por la Organización para
la Cooperación y el Desarrollo Económicos ( http://ww.oecd.org ) en 1987, el país daba ocupación sólo al 1% de personal técnico, profesional y científico, en todos los sectores productivos, contra el 10,8% de Estados Unidos, el 9,7% de Canadá, el 8,1% de Noruega y el 4,2% de España.
En los últimos diez años no
obstante, la impronta de recuperar la
industria a nivel nacional modificó la demanda de personal cualificado.
Situación que por cierto al día de la
fecha aún no se logra equilibrar con los graduados efectivamente disponibles, sobre
todo en lo que respecta a la industria automotriz, la metalurgia pesada y el
área de la construcción.
Por este motivo, se adoptaron políticas tendientes a repatriar
a los científicos e investigadores que residen en el extranjero, a través de la Secretaría de
Ciencia y Técnica de la Nación, que
coordina con universidades y otras
instituciones ofertas que les aseguren trabajo en caso de que prefieran volver a su lugar de origen.
Hacia fines del 2003, cerca
de 310 investigadores habían retornado a Argentina. En el año 2009, por su
parte, tan sólo en nuestra ciudad de La Plata, fueron repatriados 16 científicos,
para ser reubicados en las facultades de
Ciencias Exactas, Veterinaria e Ingeniería. En consonancia con el
programa, el secretario de Ciencia y Tecnología de esta casa de altos estudios,
Eitel Petzer y Blancá, afirmaba: “Con esto
buscamos fortalecer las capacidades científicas y tecnológicas del país a
través del desarrollo de políticas de vinculación con investigadores argentinos
residentes en el exterior y el retorno de aquellos que estén interesados en
desarrollar sus actividades en nuestra universidad. (…) Aporta
investigación y docencia de primer nivel a la UNLP”
. Fuente: http://noticias.universia.com.ar/ciencia-nn-tt/noticia/2009/05/04/361163/unlp-repatrio-cientificios.html
[04/05/2009] Sitio web de Universia, portal de noticias universitarias
De manera que sumado a este
panorama, persiste el desafío de evitar que las carreras relacionadas a las humanidades tiendan
al área laboral primordialmente académica y de vez en cuando al sector público,
tal y como sucedia ya en los noventa.
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